Georg Stege (1917-2000) fue un dedicado fotógrafo aficionado que registró diversos rostros, paisajes, experiencias y viajes por Bolivia y el mundo entre 1948 y fines de la década de 1980. Aunque no pudo ser fotógrafo a tiempo completo, Stege se dedicó con esmero y pasión a este oficio. Su trabajo constituye uno de los acervos fotográficos más grandes y plurales de la segunda mitad del siglo XX en Bolivia: encontramos imágenes de nevados y paisajes andinos, retratos de personas de culturas bolivianas de los Andes y el Oriente, fauna y flora de diversas latitudes bolivianas, ruinas arqueológicas de sitios como Tiahuanacu, calles, arquitectura y mercados de La Paz, fiestas tradicionales como el Gran Poder o el Carnaval de Oruro.
Fue un fotógrafo muy detallista y apasionado por la reproducción, los materiales y los detalles para la conservación y organización de sus imágenes. Sus cámaras preferidas eran la Rolleiflex, con un formato de negativo de seis por seis centímetros, y la máquina alemana Edixa-mat Reflex, para las diapositivas a color.