Se publica de él un comentario sobre Marina Núñez del Prado en el catálogo de exposición en Río de Janeiro de 1951.
Se publica de él un comentario sobre Marina Núñez del Prado en el catálogo de exposición en Río de Janeiro de 1951.
"<i>Pintor, dibujante, grabador, escultor y muralista, Gil Imaná nació en la llamada ciudad blanca de Sucre, en 1933, y es uno de los destacados protagonistas del arte boliviano de la segunda mitad del siglo XX. Estudió arte desde temprana edad en el Ateneo de Bellas Artes de su ciudad natal, bajo la tutela del maestro Juan Rimsa.
La obra de Imaná ha sido fundamental en el desarrollo de las artes en nuestro país, porque ha sido fruto de una coherente evolución por la que ha ido transitando en más de 60 años. En 1950 formó parte junto a destacados artistas nacionales del histórico grupo Anteo que se fundó en Sucre, junto a los artistas Lorgio Vaca, Wálter Solón Romero, su hermano Jorge Imaná, e intelectuales como Eliodoro Ayllón, Félix Orihuella, Hugo Poppe y Juan José Wayar</i>".
Escultor, poeta y pintor boliviano, nacido en Potosí.
Militar y político chileno. Participó en la Guerra del Chaco.
"<i>Nilda nació en La Paz en 1913 y falleció en Santiago de Chile en 1980. Es hermana de Marina Núñez del Prado. Estudió en la Academia de Bellas Artes dibujo, pintura y escultura; luego trabajos manuales; especializándose en cincelado y joyería. Más tarde se graduó de profesora en Ciencias en la Universidad de San Francisco Javier de Chuquisaca. En 1940 se fue a vivir a Nueva York por más de una década. Estudió en The Universal School of Handycrafts y salió especializada en orfebrería. Tomó cursos de pintura bajo la dirección de Camilo Egas in The New School for Social Research.
Fue precursora de la orfebrería artística en Bolivia. La abordó como un arte y se expresó con un estilo propio, original, vanguardista y atemporal. Con el interés de crear una nueva joyería —inspirada en la estética milenaria americana— trabajó profesionalmente desde 1946 con creaciones en oro, plata y piedras preciosas. Cada joya suya fue pieza única. Su aporte a la plástica boliviana en el campo de la orfebrería no ha sido superado</i>".